Aviso a navegantes: entrada terriblemente larga. Conocí la marca LUSH de pasada hace ya muchos años, cuando paseaba mirando escaparates u...

Conociendo los productos LUSH

11:00 Aran 0 Comments

Aviso a navegantes: entrada terriblemente larga.
Conocí la marca LUSH de pasada hace ya muchos años, cuando paseaba mirando escaparates una de las mil tardes que bajaba a mi centro comercial más cercano. Sin embargo, nunca pasé a sus establecimientos porque siempre pensé que solamente vendían bombas de baño, y como yo solo tenía ducha en casa y en las bañeras de los hoteles siempre me ha dado cosa sentarme ahí a tomar un baño, pues creía que no tendrían nada para mí. 
Pero... a la vuelta de unos años y con la veintena ya muy bien cumplida, la ayuda de las redes sociales, youtube y los blogs, me volví a reencontrar con esta tienda, justo cuando ya no había franquicia en mi centro comercial. Murphy y sus gracias. 
Me reencontré con la marca cuando cansada de que mi pelo estuviera cada día peor busqué champús nuevos y diferentes a los típicos de los supermercados. Fue entonces cuando di con la existencia de los champús sólidos de LUSH y decidí acudir a una tienda para que me explicaran mejor, me aconsejaran y, si había suerte, que me recomendaran algo para mi pobre pelo.


Os diré una cosa - y va a parecer que LUSH me patrocina o algo, pero no - y es que comprar en sus tiendas es toda una experiencia, o al menos, en la de la calle Fuencarral (Madrid), que es a la que yo acudo siempre. El trato es inmejorable, y creo que son de las pocas tiendas a las que he ido en las cuales sus dependientas conocen tan bien los productos que venden. 
Me sorprendió y maravilló a partes iguales que la dependienta que me atendió la primera vez, Cris, se acordara de mí la segunda vez que fui, cuando habían pasado bastantes meses entre una visita y otra. 

A partir de aquí os voy a hablar de mi experiencia personal usando algunos de los productos de esta marca, pero quiero dejar claro: 1) que no soy una experta en temas de belleza ni cosmética, 2) lo que a unas nos va bien, a otras os puede ir fatal. Tened eso en cuenta. Por ello siempre recomiendo visitar las tiendas físicas y dejarse aconsejar. 
Bien, hecho el apunte, vamos a ello. En mi primera visita, marzo 2017, arrastré a mi amiga Eva - a la cual también he hecho fan de la marca. Ella solo iba de acompañante y al final, picó - y en teoría yo solo iba a por un champú sólido. La teoría siempre es muy bonita.
La dependienta que me recibió me preguntó por mi pelo, los problemas que quería solucionar y mis gustos sobre olores. Me recomendó el champú sólido Seanik (8.95€/ 55gr), una pastilla con base de algas, sal marina y limón que prometía mantener mi pelo limpio por más tiempo, y darle brillo y volumen. Me ha durado aproximadamente cuatro meses la pastilla.
Resultado: antes de usarlo tenía el pelo apagado y muy débil, incluso las peluqueras me lo decían. Después de usarlo desde marzo, me aguanta limpio tres días, no tengo tanta grasa y lo mejor, está más fuerte y ha empezado a crecer más pelo nuevo. Encantada estoy. Es cierto que la dependienta me avisó de que el pelo estaría algo más seco al usarlo, sobre todo hasta que lograra quitar todas las siliconas que había en él de champús anteriores. Sigue estando algo seco, pero quizá con un acondicionador que no engrase, ni apelmace, esto se resuelva. Pero no me ha irritado nada el cuero cabelludo. En mi última visita me dieron una muestra de suavizante Happy Happy Joy Joy, os contaré cuando la pruebe.

Compré también el exfoliante labial Bubblegum (7.50€/ 25gr). Me lo recomendó Eva, porque lo había usado de una amiga y le había llamado la atención que fuera un exfoliante comestible. Me creó la necesidad y tuve que probarlo. No es agresivo con la piel del labio, y eso que mis labios son lo más delicadito del mundo, sabe a fresa y como digo, se puede comer. ¿Qué más queréis, chatas? Eso sí, yo lo conservo en la nevera.

En esta compra, y como viene siendo habitual en LUSH, me dieron una muestra: mascarilla Dont look at me (9.95€/75gr) Es una mascarilla/exfoliante fresca que hay que conservar también en la nevera y que está compuesta por: arroz molido, zumo de limón, nerolí y aceite de pomelo. La verdad es que después de tenerla de 10/15 minutos en la cara y retirarla, la piel está más suave y no es nada agresiva. Nada de rojeces. Aunque no sé si me termina de convencer su fragancia, tendré que probar otras.

Los productos de los que os hablaré a continuación son regalos de cumpleaños de Paco y Eva. Sumaron otro Seanik a mi colección y me regalaron un exfoliante corporal y las muestras de una crema de ducha.

El gel de ducha exfoliante Rub, Rub, Rub (11.95€/330 gr) me encantó. Desde su olor hasta como deja la piel de suave. Me he hecho fan de él, lo confieso. Se puede usar incluso en el cabello para que éste coja más volumen. Su base son sales marinas y zumo de limón. Sin duda lo compraré de nuevo cuando se gaste.
La crema de ducha Yummy Tummy, que pertenecía a una edición limitada. Su base: manteca de cacao, absoluto de tonka (?) y aceite de naranja. Cuando te duchas con ella el baño guarda el aroma durante horas, como la piel. Resultado: piel suave y perfumada. Sin embargo, el olor tampoco me convence, aunque a mí me suelen gustar los olores dulzones para los geles - no así para las colonias - este no me ha enamorado.

Hasta aquí los productos de LUSH de los que os puedo hablar. Como veis, los resultados son todos positivos, solo tengo algún problema con algunos aromas, pero esto es ya cosa mía personal, que soy especialita.
En próximas visitas quizá pruebe a comprar alguna barrita de masaje, puesto que me da mucha curiosidad, y tal vez, la crema de manos o corporal.
Solo queda decir que me he aficionado tanto a los productos de esta marca que he contagiado a mis amigas. Creo que a base de oírme les he creado la necesidad de ir y probar los productos. La última que ha sucumbido ha sido Selene, con el acondicionador American Cream, y creo que estaba muy feliz.

Solamente recordad que LUSH no testa en animales, es vegetariana, hecha a mano, sus envases son reciclables, sus productos de comercio justo, frescos y naturales, y con autoconservantes, eso ayuda a que solo tengan que usar los mínimos conservantes sintéticos.

Y después de este horror de entrada más larga que un día sin pan, vosotros qué, ¿habéis probado algún producto de LUSH?

Un beso.

Aran.

P.D: perdonad las fotos, pero no salía nada mejor :(

0 comentarios: