Cualquier excusa es buena... para quedar con las personas que te importan. Y si no fuera por esas quedadas casi espontáneas, no sé qué ...

Cualquier excusa es buena...

13:41 Aran 1 Comments


Cualquier excusa es buena... para quedar con las personas que te importan. Y si no fuera por esas quedadas casi espontáneas, no sé qué sería de mí muchas veces. 

Es cierto que siempre he sido una persona bastante solitaria, y lo sigo siendo, a la que siempre le ha gustado tener tiempo para sí misma y estar tranquila, pero es verdad que desde que empecé a hacer la tesis, hay cada vez más momentos en los que necesito parar, incluso en mitad de la semana y pedir a alguien que saque un rato para tomarse un café conmigo. Creo que mi mente se satura de tanta información y necesita aire para oxigenarse y palabras de otras personas para no tener las líneas de investigación de la tesis en la mente como único tema de conversación. Aunque, claro, como todo tesista, cualquier minuto de tiempo que no dedicas a la tesis es luego un puñal de remordimiento clavado en la conciencia, pero bueno. 

También es cierto que mi grupo de amigos no es lo que se llama amplio, han salido y entrado personas, y con el tiempo he ido estrechando lazos con aquellas con las que al principio solo asentía, me reía o soltaba solo frases sueltas (¿verdad, Paco, Eva?). Ahora puedo estar hablando con ellos durante horas y horas. O cansándoles la cabeza, pero eso ya se lo preguntáis a ellos. Y de verdad os digo que siento liberación, porque me siento yo. 
Entre esas nuevas personas que he conocido esta Desi, o podemos llamarla, mi luz cubana. Es de esas personas que te aportan paz con solo estar con ellas unos minutos. No es que haga nada en especial, es algo especial que ella tiene. Nos vemos poco, pero últimamente cuando nos vemos, el tiempo pasa volado y cada vez, o eso siento yo, nos contamos muchas más cosas y más importantes. 
Luego está Selene, la eterna mujer de la paciencia por hangouts, la que se come textos y textos enteros con mis crisis existenciales. Pero ella ahí sigue, al pie del cañón, a pesar de que cada vez nos distancian más kilómetros. Pero ella me entiende muchas veces mejor que nadie, sobre todo con nuestra compartida ansiedad social, ¿verdad, querida? 
Otras personas como Carlos, que ya no sé si tiene la categoría de hermano o de amigo, es de esas que pasan de las redes sociales y de todo cachivache electrónico, pero que cuando mandas la voz de alarma, ahí está. Siempre.
También está Claudia, con la que voy por rachas, igual hablamos muchísimo durante meses y luego muy poco, pero tiene la capacidad de liarme y motivarme para que siga haciendo cosas en las que ni siquiera había pensado. 
Hay más gente, de amigos, de familia, con los que puedo contar. Pero este mes, que ha sido un mes crítico, son los que han sabido reaccionar a mis ataques de estrés y de angustia, y han tirado de mí para que siguiera adelante mandándome toda la positividad posible y ayudándome a sacar todo de dentro. 

Y aunque este post esté siendo más largo de lo habitual, si hay alguien que se está comiendo a grandes cucharadas mi mal humor, mi ansiedad y mi negatividad, ese es Pablo. Este mes hemos vivido una pendiente constante, sobre todo porque yo no he visto demasiados días luz, pero tengo que agradecerle que no haya tirado la toalla aunque todo se haya puesto muy oscuro.

Creo que ya lo dejo por hoy, el cambio de tiempo y otras cosas fisiológicas me han debido poner reflexiva y sentimental... Os dejo ya de dar el coñazo.

Solo gracias a todos los que nombro (y a los que no), por haber estado ahí este mes. 

Aran.

1 comentario:

  1. Hola, solo vengo a decirte que te adoro y a dejarte un abrazo y mil besos. Puede que por los kilómetros lleguen con algo de retraso, pero llegarán.
    <3

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